YÁMANAS

YÁMANAS: LOS CANOEROS DEL SUR


¿Cómo te imaginas viviendo hace miles de años en el extremo sur del continente americano, con un clima muy frío, ventoso, húmedo y lloviznas constantes? Allí, desafiando esas difíciles condiciones, vivieron los Yámanas. Habitaron desde las orillas del actual canal de Beagle hasta las islas del Cabo de Hornos. Este pueblo obtenía del mar casi todo lo que necesitaba para vivir; por eso pasaban muchas horas por día navegando en sus canoas para pescar, recolectar moluscos y algas marinas o cazar lobos marinos y otros animales. Si una ballena encallaba en la orilla, la noticia corría rápidamente entre las familias de la zona, porque cazar un animal de semejante tamaño era una tarea comunitaria.
Entre hombres y mujeres, fabricaban collares con caracoles.
Los hombres construían las canoas con la corteza de los árboles. Con fuego las ablandaban para darles forma y las cosían con barba de ballenas.
Cada presa tenía su arma. Por eso, los yámanas pasaban mucho tiempo fabricando flechas, anzuelos y arpones de diferente clase.
La canoa era el lugar donde la familia pasaba más tiempo. Allí, cada uno tenía una tarea asignada. La mujer remaba y manejaba sola la canoa. Era la única que sabía nadar. El hombre iba adelante, mirando cual sería la próxima presa.
Cuidar el fuego que llevaban en el centro de la canoa era tarea de los chicos. Si se les apagaba por culpa de un ventarrón fuerte o el choque de una ola, había que prenderlo de nuevo frotando un trozo de pedernal – material capaz de sacar chispas -  contra otro. Esto era trabajoso, así que cuidaban que el fuego estuviera siempre encendido.
Cuando había mal tiempo, no navegaban y se refugiaban en chozas hechas con ramas.



LA VIDA FAMILIAR ENTRE LOS YÁMANAS:


Los Yámanas vivían en grupos familiares pequeños. Aunque había muchas familias distribuidas en la región, cada una era bastante independiente de la otra. Entre los Yámanas, no había jefes ni caciques, pero los ancianos  y los hechiceros tenían una gran influencia en el grupo familiar.


Tener el alimento de cada día les daba bastante trabajo a los yámanas. Por eso, estaban muy ocupados en salir de pesca o de cacería, en fabrica o reparar las canoas y en confeccionar sus casas o sus ropas. Pero también se dejaban un tiempo para el arreglo personal o para relatar historias.







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